Ante la proliferación de colectas privadas a través de internet que supuestamente serán entregadas a la familia de la joven inmigrante guatemalteca, Claudia Gómez González, el Vice Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Pablo García Sáenz, informó que están en comunicación con los familiares de la víctima y que ellos no han autorizado se pidan donaciones a su nombre.

En entrevista telefónica exclusiva para La Voz del Inmigrante, el diplomático guatemalteco señaló que el Gobierno de Guatemala se hará cargo de todos los trámites y gastos de repatriación del cuerpo de Claudia Gómez González hasta su lugar de origen en la aldea La Unión, San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango, ubicado en el Oeste de Guatemala.

«No se dejen engañar, la familia no está recurriendo a donaciones bajo su nombre», enfatizó.

Claudia Patricia Gómez González, joven mujer maya-guatemalteca, perteneciente a la etnia mam, vivía en la aldea La Unión, San Juan Ostuncalco, en el departamento de Quetzaltenango, ubicado a tres horas de la Ciudad de Guatemala. Durante un encuentro con un agente de la Patrulla Fronteriza ocurrido en Laredo, Texas, ella fue herida mortalmente por una bala disparada por este representante del orden, quien no ha sido aún identificado. Otros tres hombres guatemaltecos fueron detenidos en este incidente y permanecen bajo custodia de las autoridades migratorias. También han tenido que testificar en las investigaciones realizadas por el FBI.

Con respecto a estos inmigrantes indocumentados, el Vicecanciller García Sáenz explicó que reciben el acompañamiento legal de las autoridades del Consulado de Guatemala en Del Río, Texas. Ellos han sido identificados como  Eder Cabrera Sánchez, 18 años; Carlos Pérez Vicente, 20 años; y, Damián Méndez Peñalonso, 18 años.

La Patrulla Fronteriza ha cambiado la versión oficial de los hechos. Inicialmente indicaron que el grupo de inmigrantes indocumentados lo atacó con objetos, pero posteriormente señalaron que luego de no obedecer la orden de detenerse, de abalanzaron contra el agente.

Sin embargo, la testigo que grabó en vivo los hechos posteriores a la denotación del arma de fuego aseguró que los guatemaltecos no estaban armados.