
A dos años de que los primeros «dreamers» o «soñadores» empezaran a ser beneficiados con el Programa de Acción Diferida, DACA, otorgado por el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en el año 2012, más de medio millón de jóvenes indocumentados gozan del amparo de este alivio migratorio, que les protege de la deportación, les otorga permisos de trabajo y licencias de conducir, entre otras ventajas.
El grupo «Reform Immigration for America» dio a conocer estadísticas actualizadas que indican que a la fecha 553,179 «soñadoras» están amparados por el DACA desde hace dos años, lo cual ha cambiado de una manera positiva sus vidas, principalmente porque «el 100 por ciento viven sin miedo».
Además, 60 por ciento cuenta con un trabajo; 57 por ciento con una licencia de conducir; 49 por ciento abrió por primera vez una cuenta bancaria. Además el 45 por ciento mejoró sus ingresos y el 33 por ciento obtuvo su primera tarjeta de crédito, lo cual les permitirá empezar a armas su historial crediticio, herramienta vital para el desarrollo económico en este país.

«El impacto del DACA ha sido tremendo», confirman los activistas, por lo que hacen un llamado a Obama para que extienda el Programa de Acción Diferida a más inmigrantes indocumentados como le sea posible.
DACA bajo ataque
Pero el DACA no es del agrado de todos en los Estados Unidos. Congresistas y miembros del ala ultraconservadora del Partido Republicano no pierden oportunidad para atacar este beneficio migratorio. El último golpe fue la aprobación por parte de la mayoría republicana de la Casa de Representantes de un proyecto de ley que limitaría al Presidente Obama de tomar más decisiones ejecutivas, entre ellas las vinculadas al tema migratorio. Ordenan además la cancelación del programa actual, lo que dejaría de nuevo a miles de «soñadores» en riesgo de deportación.
Sin embargo, no existe la posibilidad que se convierta en ley ante la oposición de mayoría demócrata en el Senado y del Jefe del Ejecutivo estadounidense.
