
¡Devuélvanlos! ¡Devuélvanlos! Esas fueran algunas de las frases que residentes de la Ciudad de Murrieta, California, gritaron ayer durante una reunión con autoridades municipales y de la Patrulla Fronteriza, para expresar su abierto rechazo al traslado de decenas de familias inmigrantes indocumentadas que permanecen bajo custodia de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos.
Desde el martes anterior, estos manifestantes se apostaron en las afueras del Centro de Detención de la Patrulla Fronteriza en Murrieta, donde bloquearon el ingreso de los tres buses que transportaban a las familias originarias de Guatemala, El Salvador y Honduras. Ante esta situación, fueron llevados a la Ciudad de San Diego.
Se ha informado que tres niños han presentado problemas de salud. Al respecto de la situación de estas familias, el Cónsul General de Guatemala en Los Ángeles, Pablo García Sáenz, informó que están a la espera de conocer donde serán instaladas definitivamente para reunirse con las personas que sean guatemaltecas.
El funcionario indicó que ha visitado dos veces a los menores trasladados a la Base Militar de Ventura, California. Resaltó que estos compatriotas permanecen en instalaciones adecuadas, donde cuentan con diferentes áreas de recreo, para dormir y comer, así como psicólogos y un supervisor por cada 12 niños. Enfatizó en que se busca acelerar el proceso de reunificación con sus familias, para que no tarde más de 2 días. El tiempo normal es de dos a tres semanas.
García Sáenz indicó que las edades de los menores oscila entre los 14 a 17 años, en su mayoría provenientes de San Marcos y Huehuetenango. Explicó que el proceso de reunificación con las familias de estos adolescentes está a cargo de un trabajador social, quien contacta directamente a las familias. Hasta el domingo anterior, habían 131 guatemaltecos refugiados, además de salvadoreños y hondureños.
Iglesia Católica continúa
con apoyo a los menores
Mientras tanto, durante la gira de trabajo que realiza la Primera Dama de Guatemala, Rosa Leal de Pérez, en diferentes ciudades de Arizona y Texas, se reunió con el Obispo de Tucson, Arizona, Jerry Kicanas, quién aseguró que la Iglesia Católica conoce los problemas de los problemas que enfrentan los menores indocumentados.

Leal de Pérez expuso la situación que enfrentan estos niños y adolescentes en caso de ser deportados, por lo que el líder católico indicó que dialogarán con autoridades del Gobierno estadounidense para evitar que los devuelvan a Guatemala, según un comunicado de prensa publicado en la página de la Presidencia de Guatemala.
«Estamos tratando de asistir a las mujeres y sus hijos, de darles ropa y cumplir con sus necesidades, ayudarlos en la posibilidad de una residencia durante la noche cuando están tratando de reunirse con su familia». Es importante que nuestro país los reciba, asista y cuide en su situación, que es muy grave, ya que no tienen a su familia y por eso es necesario que se reúnan con sus padres si están aquí en los Estados Unidos», comentó.
«La Iglesia es una familia y no reconoce diferencias entre países, esperamos que los obispos de México, Guatemala, Honduras y El Salvador discutan cómo podemos trabajar juntos y mejorar la situación, porque es importante que se les explique a los americanos la situación», expresó el obispo.
