Las denuncias de abusos cometidos en contra de menores indocumentados que fueron detenidos en centros de la Patrulla Fronteriza llevaron a grupos de activistas y de derechos humanos a presentar una queja en nombre de más de 100 niñas y niños, cada uno de los cuales reportó haber vivido abusos y malos tratos durante el tiempo que permanecieron bajo custodia del personal de esa institución.
En un comunicado de prensa enviado por la Unión de Libertades Civiles, ACLU por sus siglás en inglés, se señala que «la Patrulla Fronteriza comete terribles abusos contra los niños a lo largo de la frontera, lo cual fue denunciado por Ashley Huebner, abogada del Proyecto ´Inmigrante Children´s Protection» del Centro National Inmigrante de Justicia; lo peor es que la Patrulla Fronteriza ha venido cometiendo estos abusos por años, y aunque nuestra organizaciones han notificado sobre los mismos, nada ha cambiado. El reciente aumento en la cantidad de jóvenes que llegan a la frontera hace particularmente de urgencia que la Patrulla Fronteriza asegure que los menores bajo su custodia sean tratados con seguridad y humanidad».
Por su parte, James Lyall, miembro de ACLU, dijo que los agentes fronterizos operan en una zona con impunidad, por lo que esperan que las autoridades de la Patrulla Fronteriza cumplan con actuar de manera transparente, tal como lo prometieron.
ACLU, en conjunto con NIJC, además de Americans for Immigrant Justice; Esperanza Immigrante Rights Project; y, the Florence Immigrante an Refugee Rights Project, son las entidades que presentaron hoy jueves la queja ante el Departamento de Seguridad Interna.
Entre los ejemplos de abusos cometidos están los verbales, sexuales y físicos, además de prolongados períodos de detención en pésimas condiciones, que incluye falta de servicios básicos como camas, alimentación y agua. Se describe como los agentes fronterizos niegan el acceso a servicios médicos a bebés de apenas 5 meses, negándose a darles pañales, confiscando los documentos legales, que luego no regresaron a sus dueños, además de insultos raciales y amenazas de muerte.
Una adolescente guatemalteca, identificada únicamente por las iniciales M.R., llegó desde su tierra natal con su hijo de dos años. Ambos se enfermaron mientras estaba en custodia de la Patrulla Fronteriza, pero a pesar de la petición de ayuda médica por parte de la compatriota durante cinco días, finalmente fueron hospitalizados debido a la gravedad.
Otro caso es el de E.M, quien luego de queda embarazada como resultado de una violación, huyó de Guatemala y de las amenazas de su familia, para que caer en manos de su tío en Estados Unidos que la forzó a trabajar para liberarla. No obstante, la connacional fue detenida por la Patrulla Fronteriza cerca de Falfurrias, Texas. Durante su detención, E.M. fue abusada y amenazada por un oficial de apodo «Mala Cara», quien al final le dijo que la pondrían en un avión y que esperaba que explotara, que ese sería el día más feliz de su vida».
Dentro de las recomendaciones, se pide entrenamiento adecuado a los miembros de la Patrulla Fronteriza que tengan bajo su custodia a los menores indocumentados; se investiguen las quejas de abusos y que los resultados se publiquen.
En el documento no se da a conocer la nacionalidad de los menores en la mayoría de casos reportados. Para conocer a detalle el documento presentado ante el Departamento de Seguridad Interna de los Estados Unidos, dé un click en el siguiente enlace: