sábado, 24 de diciembre de 2011
Compatriotas residentes en la ciudad de Los Ángeles, California, participaron ayer en el primer convivio navideño organizado por el Consulado General de Guatemala, oportunidad en la que fueron convidados a un tamal, ponche de frutas y pan francés, mientras que los niños recibieron juguetes donados por el grupo de policías latinos de esta ciudad, conocido como La Ley.
El Capitán Rigoberto Romero y su pequeña hija, se unieron a la celebración. Fotografía: La Voz |
Arriba de 300 guatemaltecos, en su mayoría madres con sus hijos y personas de la tercera edad, se hicieron presentes a las instalaciones de la sede diplomática ubicada en el bulevar Wilshire, donde fueron recibidos con marimba y decoraciones típicas de la época en Guatemala, como pino, manzanilla, pascuas y hojas de palma.
“Es una oportunidad para convivir con nuestros paisanos y transportarlos a Guatemala en estas fiestas de fin de año a través de los colores y sabores que nos caracterizan”, dijo el Cónsul General Pablo García Saénz, quien agregó los costos fueron cubiertos totalmente gracias al patrocinio de Banrural y de la donación de juguetes por parte de la Policía de Los Ángeles, LAPD (por sus siglas en inglés).
Fotografía: La Voz |
Por su parte, el Capitán de LAPD, Rigoberto Romero, indicó que “fue una oportunidad para la institución acercarse a los pequeños y nos vean a los policías como sus aliados, es una forma de tener una buena relación comunitaria que abarque eventos positivos como este convivio, y esperamos que para el próximo año estos lazos se fortalezcan”.
Para Aurora Velásquez, que dejó su natal Escuintla hace 22 años, todavía le provoca nostalgia el recordar a su familia, asi como las posadas en su barrio. En cambio Jovita Pablo, quien llegó con sus tres hijos, fue un momento especial para enseñarles a sus hijos las tradiciones como los tamales y el ponche de frutas.
Sin embargo, para Etelvina Xuy, de San Andrés, Quetzaltenango, estas fiestas navideñas serán las primeras lejos de su pueblo, pues lleva viviendo un año en Los Ángeles, por lo que le agradó recordar a los suyos de esta manera. La actividad concluyó con la entrega de los juguetes y la música de la marimba del Consulado.